Cogita finem

1992, febrero o noviembre, ya ni sé, Fabián, 18 años, asesinado, días violentos en la ciudad, narcotráfico, poco recuerdo, pero siempre he tenido esa sensación que su muerte prematura fue un alivio para la familia, Fabián, mi tío calavera estaba relacionándose muy mal, con los que eran. 1994, noviembre, recuerdo muy bien este día, Nelson, 18 años, asesinado en la puerta de su casa cuando entraba de visitar a su novia, lo confundieron con Fabián, su hermano, quién llevaba dos años muerto, la familia estaba devastada, Nelson era un buen muchacho. 1996, era pequeña y delgada, cabía en casi cualquier parte, me metieron por una ventana para abrir una puerta, era de la habitación del párroco de San Cayetano, donde mi abuela iba a misa, era un anciano, alto, canoso, fornido, muy muerto, su cuerpo sin vida yacía tendido en el suelo de esa habitación de decoración antigua, un charco de sangre fluía de su cabeza, como en las películas lo piqué para cerciorarme que lo que pensaba que pasaba fuera real, "Abuela, está muerto", grité mientras trataba de destrabar el pasador que aseguraba internamente la puerta de esa habitación, al abrirla solo vi la cara de espanto de mi hermana mayor y la infinita tristeza que invadía a la hermana menor del sacerdote, aunque era menor la recuerdo tan anciana como mi abuela. 2007, muchas cosas en mi vida y en mi cambiaron, la muerte con su naturalidad y tranquilidad, para el muerto, comenzó a tornarse en uno de mis pensamientos mas recurrentes, otro era el ardiente deseo de encontrar el amor verdadero, el amor de la vida. La melancolía me empezó a determinar muchos momentos de la vida, la tristeza siempre estaba presente y esa idea de la muerte siempre estuvo ahí, ante cualquier circunstancia la muerte, ante cualquier duda, la respuesta siempre fue clara, evidente, ejecutarla era lo difícil, lo imposible, tanta debilidad por la vida, por no saber como acabarla, tantos planes, tantas formas, pero sin lograr concretar ninguna, tan bella la muerte, tan calma, tan tranquila, tan anhelada. 2013, conocí el amor, el verdadero, el de la vida, creía que era él, cuando en realidad siempre fue ella, dejé de pensar en la muerte, de anhelarla, de buscarla, de bailar con ella, me dediqué a la vida de cuento de hada, no tenía tiempo ni espacio para traerla a mis pensamientos, a mis sentimientos, de las pocas veces en las que sentía que una enorme parte de mi vida funcionaba. 2016, un castillo de naipes, así me sentía, un castillo de naipes en pleno huracán, que mierdero, aparecía esa idea, pero ya tenía que evitarla, me castigaba por pensarla, "Pues como!, ya no estás vos sola", lo logré, lo pude superar, tanto lío, tanto embrollo, tanto problema, él ya no esta, ok, la vida sigue, conmigo o sin mi, todo iba bien, pero vivir así no es vivir y de seguir viviendo así, pues que mejor momento para morir, ese silencio, esa calma, esa tranquilidad, "pues como!, no piense eso, ni se le ocurra, ud ya no está sola, no le haga eso a los que la quieren", y todo vuelve a ser igual.

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