La lógica de la alegría*
Tu risa al escuchar mi risa, tu mirada intensa que me escudriña recién me despierto, mi sonrisa al encontrarme con tu mirada, tus manos suaves que delicadamente me acarician la espalda, tu barba haciéndome cosquillas mientras me besas, caminar a tu lado, buscando tu mano para aferrarme a ella, para no soltarla nunca, para atraparte, tus dedos junto con mis dedos que bajo las sábanas se buscan, nuestras conversaciones sentados en un parque sintiéndonos tan observados, tan señalados tal vez, nuestros pasos recorridos, sin rumbo, sólo por caminar, por estar juntos, por andar, con o sin sol igual me da, siempre que estés junto a mi, sentarnos un domingo soleado (vos diciendo gas el sol) a ver la gente pasar, posar, con sus dinámicas, sus rutinas, sus realidades, ser crueles, reírnos, ser ácidos, darnos un beso y llenarnos de dulzura, planear otros domingos, otros caminos para recorrer, comer del mismo vaso y que me dejes la última fresa, comerte esa pasa que yo rechacé, regañarme como un