Prefiero el silencio que ciertas palabras

Falsa alarma, si eso es, una falsa alarma, el cuerpo lo siente, la mente se mueve, pero no pasa nada más, hasta ahí queda, yo me sacudo pero no mas, no me muevo, lo siento, pero tan rápido como lo siento lo dejo de sentir, sin más ni menos, sin pena ni gloria o quizás con la pena de no dejarme estremecer mas o con la gloria de haberme sacudido hasta donde pude y lo más rápido posible.
Fue una falsa alarma que solo yo la viví, fue una falsa señal que enviaron, confusión, la importancia de la comunicación la reitero acá, porque descubierta estaba hace mucho tiempo, palabras similares en contextos diferentes, palabras llenas de sentires, de esos que pesan y se estancan quedándose atrapados alrededor contra palabras vacías, de esas que son solo dichas para llenar esos silencios incómodos que no se saben tolerar ni esquivar, palabras tan livianas que al momento de ser pronunciadas el viento ya se las había llevado, no son palabras que se vean respaldadas con actos, por hechos, situaciones que solo muestran que son sólo palabras y ya, de adorno, de contención. 
Falsas señales que detonan falsas alarmas y que hacen que les dedique mas tiempo del necesario, mas tiempo del merecido, palabras dichas que me llevan a escribir, palabras y hechos, banales, sin respaldo, sin sentido e insensatos, que al final de la jornada me dejan mirando por la ventana la bandada de palomas bandidas que me visitan y que por mucho desprecio que sienta por ellas me generen envidia, deseando convertirme en una de ellas, irme volando y nunca regresar, el no volver a pronunciar palabra alguna y mejor aún no tener que escuchar nada más jamás!

Comentarios

Entradas populares de este blog

A LAS MADRECITAS DE COLOMBIA. POR FERNANDO VALLEJO.

Escribir, escribir, escribir, escribir, escribir, escribir, escribir...

Razones por las cuales ud no debería atrasarse en su carrera